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Tentativas de definición de este libro:
PoesiApp, de Juan L. de la Cruz (AAediciones, 2019), es una bitácora de la vida,
un cuaderno de viaje que se retransmite de modo poético por WhatsApp. Se trata
sin duda de un género nuevo.
Son las notas de una vuelta al mundo
sin salir del alma y un informe de regresos sin que el viaje cese.
PoesiApp es un microtratado filosófico
de oscura pureza y de antigua ternura.
Una propuesta comunicativa que reúne
fábulas en formato tweet, confesiones del tamaño de un aforismo, odas a
la belleza que funcionan como un eslogan, perlas de plegarias, píldoras de
opinión, mensajes S.O.S retóricos y tratados filosóficos hiperbreves.
PoesiApp es un despliegue conceptual
escrito a ritmo taquigráfico con lenguaje sincopado.
Un poemario que te descargas como una
aplicación y se lo instala el lector como un programa para reformatear su
pensamiento en clave poética.
La poesía es una vieja dama que nunca
se ha muerto. Que lleva miles de años viva. Y no sabemos si es una hechicera, o
una vampiresa, o una diosa, o una activista, o una prostituta, o una niña
rubia, o una delegada comercial, o una camionera, o una agente de seguros, o
una profesora de Berkeley. O todas a la vez. Siempre ha latido en los corazones
aventureros. Siempre ha soñado en los ojos de los Ulises y de las Penélopes. Se
alzaba con los puños de las revoluciones. Ha sabido rezar odas, pronunciar
sonetos, cantar romances, componer liras, dibujar caligramas, esgrimir
epopeyas, lanzar pareados, llorar epitafios, musicar la vida y preservar el
alma. De este modo llegó hasta nuestro presente, sin permitir que las edades
del mundo la debiliten.
Su fuerza grabó la piedra, garabateó
pergaminos, conoció la imprenta. Pero ahora, en este milenio nuestro de
electricidad y de silicona, su fuerza anidó en un móvil y tomó la red. Y
rejuveneció una vez más. Y se reencarnó en PoesíaApp.
Imagina al poeta caminando de
puntillas por las teclas de su smartphone, como si sus dedos fueran bailarinas
que pulsaran la poesía de tecla en tecla, de ladrillo en ladrillo. Imagina al
poeta adelgazando sus dedos para que puedan pinzar poesía. Letra por letra,
como si fueran insectos que no deben dejar de volar en streaming por el software
de tu cabeza, por el hardware oculto en tu corazón.
Enhorabuena al poeta por
bailar en la nube con esta vieja dama eternamente joven.
(Palabras de Ángela Mallén en la presentación de PoesiApp, de Juan L. de la Cruz. Vitoria-Gasteiz, 25 de noviembre 2019.
Salón de grados UPV)