martes, 24 de junio de 2014

BolaS de paPel plAteaDo

AAE. Vitoria, 2014
Actos, sucesos, casos.
Una ráfaga de bolas fortuitas. Las vemos caer. Fallan. Atinan. Hieren. Las pisamos y explotan como minas antipersonales de sinsentido. Saltan astillas. Alguien lame sus heridas. Recopilamos  fragmentos que desencadenan hipótesis. Imaginamos historias acerca de una realidad inestable y bélica, cuentos de soldados inocentes y atónitos.
Penetrante y recia,
la realidad nos acribilla en la calle. Bolas para los transeúntes que corren de una trinchera a otra, de un árbol a otro árbol, de semáforo en semáforo.  Peligrosa, seductiva, hipnótica, ajena a las emociones que provoca su cliqueo.
Fugaces, volátiles,
bolas de fantasía anidan en el núcleo de una conjetura; pesan en la obscuridad de una alcantarilla, caen en el borde de un número primo, oscilan en la estrategia de un perturbado, centellean en el fondo de un escaparate.
Bolas de papel de plata caen sobre la ciudad.
Munición de realidad. Perdigones de quimera. Son para disparar. Para jugar. Para guardar. O para luego.