HIPÓTESIS
DE TI. Fernando García Murga
(Arte Activo Ediciones. Vitoria 2019
Portada: David F. Brandon)
Presentación.
Casa de Cultura “Ignacio Aldekoa”. Vitoria-Gasteiz 15 Abril 2019
Yo o mi circunstancia
No soy un ser al que le arrojaron al
mundo. El mundo se ha arrojado sobre mí. Y me ha bautizado mujer. Y me ha
cubierto tanto de filósofos como de asesinos; tanto de amantes como de
conspiradores. En mis venas habitan palomas y serpientes. Mis huesos son trozos
de madera noble y de plástico. En mis vísceras resuenan las voces de mil
mujeres y los ladridos de mil perros artificiales. Mi compleja circunstancia.
Mi compleja circunstancia… (F. García Murga).
Fernando García Murga ha escrito un
libro que marca y cierra un círculo perfecto: Desde el silencio y su casuística
(el olvido, el cansancio, la invisibilidad), hasta la vuelta de nuevo al silencio;
esta vez, esa clase de silencio que deja “durmiendo en el aire” una nota
musical después de haber sido talentosamente ejecutada.
Seis partes componen la obra: Prólogo,
epílogo y cuatro apartados con nombre en lengua sánscrita (representando, dice
su autor, las diferentes formas de
aprendizaje propuestas en una teoría epistemológica india). Estas partes conforman
un complejo mosaico de memoria y conjeturas, averiguaciones, rebelión,
renuncias y amor: el rompecabezas que representa a la mujer.
Con una poesía disuelta en prosa, o
que tiñe la prosa de poesía. El autor asume el dolor en femenino, la injustica
sorda, la invisibilidad histórica de la mujer, su "despresencia".
Desde mi condición de mujer en
genérico, agradezco que un hombre, que podría quedarse repantigado en su
hombría, en su rol académico, o en su cabeza alimentada de cultura patriarcal,
desaloje su ego, la tendencia de todos y todas, al alojamiento en lo personal,
para vestirse con la piel de la mujer. Para investirse mujer. Y viajar por ella
y con ella a su invisibilidad, al dolor contenido durante tantos siglos de ser
apenas nadie. De ser a duras penas. Siglos de partos y lutos, desprecio y ultraje.
La mujer acusada, quemada, mutilada en su placer, silenciada sin sufragio,
castigada, lapidada, molida a palos, asesinada por un verdugo que quizás vive
aquí al lado, en una calle de nuestro barrio.
Este es un libro salvador. De
comprometido defensor. De empatías. Y, por eso, de dualidades y binomios que se
trasvasan. De tú a yo. De yo a tú.
Silencio y grito. Como gritos y
susurros.
Sueño y vigilia. Como ensueño y
alertas.
Sosiego y rebelión. Como curación y
guerra.
Poesía y prosa. Como música e
historia.
Castigo y perdón. Como serpientes y
palomas.
Tú – Yo
Luz – Sombra
Contrarios y contrastes se solapan,
dialogan, se identifican, se completan en “la compleja circunstancia”.
La primera clave nos la dan ya las dos
citas que abren el poemario. Si engarzamos la primera frase de Rosa María
Roffiel y la última, de Gabriel Celaya, leemos: “En mí habitan mil mujeres…” “…
que la sangre golpea buscando salida”.
Y es cierto que, al abrir este libro,
expele un fogonazo de energía contenida, como el salto de un caballo salvaje
que había estado embridado, o la voz que había estado enmudecida.
Si fuera una obra musical, este libro
tendría una textura polifónica. De pájaros encerrados y al fin libres. Voces
soprano, mezzosoprano y contralto que cantan mediante una sola boca.
Y si fuera un cuadro, sería de Francis
Bacon. Por la fuerza figurativa, brillante y oscura.
James
Joyce dijo que la imaginación es memoria.
Y Murakami dice que “La imaginación es una combinación de recuerdos
fragmentados que, combinada de forma eficaz… puede tener un carácter tanto
preventivo como intuitivo y… eso debe transformarse en el motor y en la fuerza
de la historia. Este libro, entregado en capítulos
sánscritos, conforma la memoria histórica
femenina para refrescar la memoria colectiva. Literatura fragmentaria, moderna,
de cosmovisiones y epifanías. Fragmentos que se desmontan y montan para
comprender la identidad. Como hace el relojero, como hace el niño con sus
coches de juguete. Como hace el poeta cuando rastrea las voces que nos habitan.
Fragmentos como aforismos, proverbios o tweets,
en ese formato que ya eligieron los sabios de oriente, los pensadores clásicos
o las voces ya modernas de Nietsche o René Char. Esa escritura concentrada y
sintética, cercana al silencio y placentera al pensamiento. Sus pequeñas piezas
nos llevan por las calles y ágoras a las casas, a los dormitorios, a los baños,
siempre hurgando y rebuscando en la cotidianidad, desvelando las estructuras de
poder, salvando a “personas entrecortadas”, iluminando las siluetas de la
sombra.
Todo pasa en la sombra, dice León Felipe. Y también pasa la luz, como
demuestra este libro escrito por Fernando García Murga. Un libro rabiosamente
tranquilo. Lúcido, poético, intelectualista y no obstante sencillo, que va desde
el silencio cómplice y culpable que pesa sobre la historia en femenino hasta el silencio
limpio y hondo que deja la música de la verdad “durmiendo en el aire”.
Gracias.
(Ángela
Mallén)