Sus personajes son urbanos, muchos de ellos viajan en tren, bus o sobre mágicas alfombras. El viaje como metáfora de la vida. Hay mucha humanidad en la presentación de los protagonistas de las historias, incluso cuando late en ellas un fondo de tragedia.
Lo fantástico como parte de lo diario: “Más tarde o más temprano”, “El día de las levitaciones”, “Pájaro de grandes ojos y plumas plateadas”; “Epidermis superpuesta”, etc. Pero además el libro, estructurado en tres partes: “En medio de la infinitud”; “Paleta de atardeceres” y “Juegue con los fragmentos”, se construye desde múltiples y diversos registros: la crítica social, lo fantástico, lo onírico, lo surrealista, lo lúdico etc.
La crítica social a un tipo de pensamiento único poco respetuoso con los derechos humanos, la dignidad o la justicia, como ejemplo, esa alegórica historia sobre el machismo en (El galán y la sirena, y en Corten) y su reflexión sobre el consumo irracional de nuestras sociedades modernas en “¿Son reales los sábados?”.
O esa entrañable mirada hacia la rutina, la dinámica de la costumbre en la vida de dos hermanas (en Mesilla de difuntos) y ese magistral primer relato de “Más tarde o más temprano,” sobre la vejez, la soledad, la confusión de la memoria …
La actitud de la escritora es el
desvelamiento de todo tipo de convencionalismos sociales, a veces, tomando como
representación narrativa el espacio filial entre hermanas, como pequeño cosmos
de la rutina en la que late también la contradicción del deseo oculto, los
sueños no confesados etc. Y lo hace sea cual sea la herramienta utilizada: lo
fantástico, lo surrealista, lo realista… desde una filosofía poética
profundamente humana y liberadora, que tiende más a la posibilidad, a lo
abierto, que a la cerrada certidumbre. Como indica una de las citas que
encabezan uno de estos relatos.
Sus descripciones minuciosas y certeras en el dibujo sicólogico de los personajes, de los paisajes y circunstancias, de las sensaciones…sumergen al lector en un mágico rapto, captando enteramente su atención, aislándole del mundo exterior, expectante ante el suceder de los hechos narrados. Su escritura emana también apasionada confesión de amor hacia la Historia de la literatura, con referencia a autores, con citas que encabezan algunas de las historias etc.
Percibo en la tercera parte del libro
“Juegue usted con los fragmentos”, especialmente en dos relatos que la
conforman, un sutil homenaje a un cierto aire literario fantástico del siglo
XIX, en “Cuento de la percepción colateral” y “El rostro que le salió al
encuentro”. También lo
lúdico está presente en este
tercera parte del libro, tanto en la concepción y estructura de lo narrado, como en el juego directo con el lector, así mismo en finales abiertos como en el relato (Sala de embarque…) perteneciente a la primera parte “En medio de la infinitud” y en la adopción de la ironía como forma de mostrar la comedia humana entrevista en muchos de los pilares que sostienen el llamado orden social.
Tras la lectura “Entre tanto, en algún lugar”, queda la percepción del ser como camino iniciático constante, la experiencia del tiempo como tránsito de asombros e interrogantes, la aventura vital, alejada de los grandes titulares que la encasillan, descubriendo de este modo, otros mundos, otros latidos bajo la superficie de las cosas. Una pedagogía perceptiva de una gran contadora de historias, para la que la lentitud y sensibilidad de la mirada profundizan en la traducción de lo visto, lo sentido, lo intuido, lo soñado, como posibilidad de volar sobre las cadenas de la costumbre a través del poder de lo poético, y de la imaginación, tan subvertidora de escenarios circulares y cerrados, tan necesaria en el noble ejercicio de la libertad.
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El Correo y Noticias de Álava |
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FNAC San Sebastián con Javier Fdez. Rubio |
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FNAC |
Opinión:
Te felicito y
aplaudo. Un libro escrito desde la verdad, la imaginación y el bien
hacer. Dionisia García
Una prosa
llena de sentido poético. La descripción de los sentimientos, los pensamientos,
los personajes es minuciosa, certera. Me recuerda a la magistral prosa de
Dostoyewski. Julia Otxoa
Disfruto
mucho con la lectura, por las sorpresas que nos das a los lectores: tantas
realidades superpuestas, tantas voces, tantos lugares; sin embargo nunca se
cierra la imagen, queda mucho espacio para soñar, para usar la propia fantasía.
¿Quién habla, quién cuenta, qué ha pasado, qué va a pasar? A veces estuve
tentado de leer la novela como un solo poema, abierto a la vez a la
comunicación y a la reflexión. Todo fluido, como en los momentos en los que
registramos lo que está pasando alrededor nuestro, con gran nitidez y soñando
al mismo tiempo. Parece que te fue muy fácil, porque se lee muy fácil, y justo
por eso supongo que fue un trabajo muy complicado. Salvo Atxaga, no conozco a
ningún escritor que haya conseguido algo similar. ¿Quizás Luisa Castro? También
la autora, como su protagonista acaricia la palabra que buscaba. Se nota, y se
da muy pocas veces. Erich Hackl (Austria)
El tren se
convierte en alegoría de la fusión de contrarios del viajero inmóvil, del
espíritu migratorio y el sedentario, de la fábula del águila y la tortuga- en
el camino férreo y dúctil como el hierro que conduce a la narradora, en
su novela en marcha, desde el conductismo de la educación adquirida
hasta la cognición de su penúltima parada –tras pasar revista a la peripecia
interior de sus siete vidas. Luis Arturo Hernández
Cada capítulo
sorprende y provoca evocaciones distintas y maravillosas. Una escritura
deliciosamente introspectiva. Me recuerda a Pessoa. Elsa Conde
(México)
Una sorpresa
su gran calidad. Un correlato o una continuación de la poesía de su autora. Más
que un puzzle, es una colección de imágenes al estilo de las que se ven a
través de las ventanas del tren, como un cinematógrafo de la realidad, que
rastrea el interior del alma y lo expresa en palabras. Me ha recordado a la
literatura de Sergio Pitol, el último Premio Cervantes. La capacidad de
observación e intuición, con un final inesperado. Sobresale de la narrativa
actual. Está en la moderna novelística de, por ejemplo, Enrique Vila Matas y su
“metaliteratura”. Su vocación cuarteada, a pinceladas, le da una visión
impresionista. El lugar hacia donde nos lleva el título está más alejado que la
tradición nipona, nos llevan al propio “yo”. Antonio Varo Baena
Cuando
llevaba pocas páginas ya estaba enganchado y quería seguir y seguir. Y no digo
terminar porque como vieajero ferroviario que soy, aprecio el valor del viaje
por sí mismo, no en función de su final. Son muchas las referencias que mes son
muy cercanas. La superposición de planos lugares nombres... simplemente como yo
siento la vida. Sebastián Herralde
Es una
pasada. Me gusta muchísimo. No quisiera comparar, peo es la riqueza verbal que
experimenté leyendo El mono gramático, de Octavio Paz. Veo la fuerza de la
palabra, siento el placer del lenguaje nuevo cuando estudiaba filología. Montse
Bordes
Maravilla
poder contar con palabras escritas una historia que se sostiene, muy bien
narrada. Cómo se estira la introspección. Algunos pasajes son muy sugerentes
para pensarse uno también, y en todo caso que fácil parece te resulte describir
estados, procesos de discurrir humano. Silvia Martí
Un libro
culto, original y creativo, en el que desfilan citas al comienzo de cada
capítulo, como faros para viajeros desorientados; a modo también de credo
personal de la autora: Bukowski, Stefan Zweig, Günter Grass, entre
otros. Una reflexión sobre qué grados de libertad podemos alcanzar y si es
posible salir de la concatenación del raíl. Elena
Buixaderas (Revista Luces de Bohemia, Praga)
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Noticias de Álava |
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Arte Activo Ediciones Col. Menhin Vitoria 2014 - Pág. 129 ISBN 978-84-941819-4-8 |
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José Velázquez de Castro |
Prosa increíble....Fantasiosa, chispeante, profunda... construyes las
historias desde un lugar tan bonito y tan recóndito... Lo he hecho
durar. No leía más de un relato cada vez, excepto el primer día que fueron más
y hoy que han caído los tres últimos. Has escrito un libro fascinante, mágico,
inconcebible. ¿Dónde está todo eso antes de que salga de ti? Tu prosa me
parece sublime. Tu mundo me envuelve. Cada día de lectura había un motivo más
para confirmar esa magia. Itziar Mínguez Arnáiz
Historias breves que parecen escritas por Cortázar. Esa de las
bombillas. La del árbol. Y tantas. Inés Matute
Con Juan de la Cruz y Roberto Lastre |