Afuera llueve
_dice el cronopio. _Todo el cielo.
Nadie
que viva aquí abajo ha visto jamás el cielo como se ven las cosas que se tocan,
se rodean o se comen. Nadie averigua cuánto pesa el cielo, a qué sabe, si tiene
o no gusanos. Nadie que viva aquí dentro puede trabajar la materia del cielo. _Afuera llueve, -dice el cronopio que ha
visto llover de verdad, cuando las montañas se derriten, los charcos se vuelven
océanos llenos de barcos y las nubes son tantas que tienes que comértelas para
caminar. _Todo el cielo. _Dice
el cronopio que jugaba de niño a pintar rayuelas, colorear mandalas, acariciar
cachorros. De arriba a abajo. De oriente a poniente. 33 grados. 45 longitud.
Paralelo Catorce S. Agua para los desiertos, los escarabajos, los rosales.
Nadie que viva aquí abajo espera que el cielo descienda, nos envuelva, nos
empape. _Todo el cielo. _Repite el
cronopio. Y su voz nos atrapa uno tras otro, como estrellitas, nos hilvana. Su
voz de hilo azul.